Iglesia Dispensacional Fundamentalista

Para que Cristo en todo tenga la preeminencia

Predicando la Palabra de Dios

Por todo el mundo

Trazando bien la Palabra de Verdad

2ª Timoteo 2:15

Esperando la Venida del Hijo del hombre

Mateo 24:27

Llevando a la Niñez a los Pies de Jesús

Mateo 19:14

FUNDAMENTAL

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Iglesia


En las Escrituras encontramos el uso del término "postreros días" y "postreros tiempos" en diferentes lugares, intercambiando la dispensación en la cual se menciona. Actualmente, muchos utilizan este término inadecuadamente, confundiendo el sentido original y la aplicación exacta. Es muy normal esto en las personas descuidadas en el estudio de las profecías.

Debemos considerar la diferencia que existe entre el uso de los términos "postreros días" y "postreros tiempos", sin dejar de percibir la diferencia entre Israel y la Iglesia. En el artículo "El Principio de la Diferencia", podemos ver cómo la Biblia demanda una diferencia en muchas de sus páginas, especialmente con la de Dios con los diferentes grupos étnicos, donde se dividen en tres grandes partes: Israel, los Gentiles y la Iglesia. Especialmente la teología moderna rechaza estas diferencias que, claramente en la gramática y literalidad del texto, son evidentes en toda la Biblia.

El Plan Eterno de los Siglos, reflejado en la enseñanza dispensacional, señala una diferencia entre Israel y la Iglesia, lo cual da como resultado obvio, una diferencia entre las promesas dadas a Israel de las promesas dadas a la Iglesia. Intentar fusionar las promesas dadas a Israel con las promesas de la Iglesia, sería una clara discrepancia entre la idea original de la Escritura y la teología modernista.

Aunque no se acepte que la Biblia refleje dos planes, y defienda a dos pueblos, la Biblia es clara en dicha división. Algunos, en un esfuerzo por anular esta dualidad del Plan Eterno, asumen que aceptar que existe una "esposa de Jehová" y una "novia de Cristo", es caer en bigamia espiritual. Curiosamente, los que así dicen, contradicen siempre la literalidad de la Escritura, y utilizan un literalismo rígido solo en aquellos textos que les conviene, sacándolos de su contexto real. De hecho, la Biblia emplea el término "esposa" y "novia" en un símil de la relación estrecha entre Dios y su pueblo. Se puede ver algo de este tema en la sección de la "Vida Cristiana = el Pecado Sexual = El adulterio".

Las Diferencias entre términos

La Escritura menciona que existe una diferencia entre "tiempos" y "días", en plural, y "tiempo" y "día" en singular, al referirse al "final de los tiempos".

  • La Biblia hace referencia a los "postreros tiempos" de la Iglesia, diferenciándolos del "tiempo postrero" de la Iglesia. En 1ª Pedro 1:20 se emplea el término griego "ἐσχάτου τῶν χρόνων" y en Judas 18 el término griego "ἐσχάτῳ χρόνῳ", traducido como "los postreros tiempos", o los "últimos tiempos" en la Reina-Valera. Pero en 1ª Pedro 1:5 encontramos "καιρῷ ἐσχάτῳ", que se traduce como "tiempo final" o "tiempo postrero". En 1ª Juan 2:18 se emplea el término griego "ἐσχάτη ὥρα", traducido como "último tiempo", aunque literalmente es "última hora".
  • Otro término empleado es "postreros días" o "últimos días" para Israel (Dn. 10:14; Dt. 4:30), y los "postreros días" para la iglesia (1ª Ti. 4:1).
  • También se menciona lo "postrero de los tiempos" para Israel (Is. 2:2: Miq. 4:1; Dt. 4:30) y para la Iglesia (2ª Timoteo 3:1; He. 1:2).
  • Y por último, podemos mencionar el término "día final" o "día postrero" para Israel (Jn. 6:39-44).

Cada término es mencionado en un contexto específico, y con un sentido específico, entendible para los primero oyentes, y no podemos asumir que en todos los casos el uso es el mismo. Hacer esto, es suponer que el contexto de cada pasaje es sin valor.

Lewis Sperry Chafer indica claramente:

... debe hacerse una distinción entre los últimos días para Israel - los días de gloria de su Reino en la tierra (cf. Is. 2:1-5)- y los postreros días de la Iglesia, que son días de maldad y apostasía (cf. 2ª Ti. 3:1-5). Asimismo, hay que hacer una distinción entre los postreros días para Israel y para la Iglesia, y el día postrero, el cual, en relación con la Iglesia es el día de la resurrección de aquellos que han muerto en Cristo (comp. Jn. 6:39, 40, 44, 45). (TS, página 374-375).

Es sumamente importante hacer la distinción clara sobre cada evento, y el uso de cada término en relación con el Plan de Dios; de lo contrario, terminaríamos aplicando promesas y profecías exclusivas de Israel, al pueblo de la Iglesia, que es totalmente diferente del anterior.

En la revelación bíblica, tanto para Jesús como para Pablo, y así para todos los demás escritores que la mencionan, la esperanza del retorno de Cristo se menciona en términos de la inminencia, lo que significa que no podemos determinar "señales" o eventos específicos que nos determinen cuando Él venga. Al contrario de esto, la Biblia enfatiza que Su segunda venida es "como ladrón" y "cuando menos se espera", indicando su venida sorpresiva sobre la Humanidad conflictiva. No podemos, por ello, suponer que los últimos días son exclusivamente los últimos de la era de la Iglesia, sino que son una cualidad "permanente" en toda la era, ya que desde el mismo inicio los creyentes esperaban ver al Cristo glorioso venir en las nubes. Actualmente debemos saber que pudiera ser hoy, o quizá dentro de poco, o incluso en muchos siglos; no sabes el tiempo y las sazones del Padre, y debemos vivir cada día como si fuera el último de la Era Eclesiástica.

Sin embargo, a pesar de todo esto, es posible determinar, generalizadamente, algunas características de la Iglesia Laodicence, que muchos consideramos ya en funsión:

  • La Biblia profetiza que en la época de la Segunda venida de Cristo habrá una negación de Dios (Lc. 17:26; 2ª Tes. 3:4-5), evento que se inició con Charles Darwin, y apoyado por el Comunismo, alcanzando niveles mundiales, al punto de tener muchos "ateos" actualmente.
  • También la Escritura profetiza una completa "negación" de Cristo (1ª Juan 2:18; 4:3; 2ª Pedro 2:6). Este rechazo a Cristo es una negación de Su deidad, tal como grupos sectarios han ido propagando con el tiempo. Actualmente tenemos grupos como la "Confederación de las Familias para la Paz Mundial", dirigidas por el coreano Sun Myung Moo, donde la negación de Cristo es absoluta, al punto de determinar como fracaso Su obra redentora.
  • Otra negación que irá tomando mucha aceptación es la negación de que Cristo vendrá (2ª Pedro 3:3-4). La predicación del regreso de Cristo ha sido tan ridiculizado por películas populares de extraterrestres y superhéroes, que hablar de Jesús viniendo en las nubes suena casi ridículo. Los seguidores de Sun Myung Moo enseñan que la "Segunda Llegada" se cumplió en la persona del ya fallecido Moon, y los testigos de Jehová niegan una segunda venida literal de Cristo a la tierra, así como muchas otras religiones ridiculizan la idea de que Cristo vendrá a reinar.
  • También encontramos una profecía del último tiempo, donde se apostará de la fe (1ª Ti. 4:1-2). Esto significa que, conociendo la verdad y, probablemente haberla seguido, la negarán voluntariamente para seguir otro rumbo. Esto ha comenzado a suceder en nuestros días. Muchos conocen la verdad, pero prefieren seguir en sus iglesias apóstatas para no sufrir el rechazo, la lucha y el esfuerzo de ser fiel al testimonio de las Escrituras.
  • En cuanto a la sana doctrina, se profetiza un fuerte rechazo a la enseñanza doctrinal (2ª Ti. 4:3-4). La famosa frase: "La doctrina divide, el amor une", es una evidencia de esta profecía. De hecho, para lograr formar el ecumenismo final, donde la iglesia católica será la cabeza de todo el movimiento apóstata, es necesario una negación absoluta a la doctrina. Actualmente las personas, en ignorancia a las Escrituras, se van moviendo hacia un ecumenismo total, produciendo así un rechazo a la doctrina cuando ésta es expuesta.
  • La vida de consagración cristiana también será despreciada, así como la libertad cristiana (2ª Ti. 3:1-4; 1ª Ti. 4:3-5). No significa que habrá persecución contra los cristianos consagrados o una restricción legal de la libertad, sino que se vivirá sin santidad, creyendo que la vida religiosa es la única prueba de santidad, y el libertinaje como reemplazo de la libertad. En nuestros días vemos como las iglesias aceptan pecados sexuales, adulterios, fornicaciones, y solamente se hacen de la vista gorda. Es difícil encontrar una iglesia que discipline a sus miembros por estas actividades. Asimismo, se considera libertad la inclinación sexual de cada quien, vivir la vida sin que nadie se entrometa y defender sus derechos, todo en contra de la posición cristiana de la pureza, la castidad y el negarse a sí mismo.
  • Los últimos factores profetizados son la decadencia a la moral (2ª Ti. 3:1-8) y el rechazo de la autoridad (2ª Ti. 3:4). Estos factores se evidencian en nuestra sociedad moderna. El homosexualismo, las relaciones prematrimoniales, el divorcio y el recasamiento, la oposición a la autoridad eclesial y social, que repercute en una negación de la autoridad divina, son factores que nos evidencian que es muy posible, e incluso casi innegable, que vivimos a las puertas del Rapto, cuando el Cristo Resucitado venga por Su iglesia.

Es evidentemente impresionante como la Escritura se cumple puntual y fielmente, demostrando con ello su legitimidad divina. Ahora que tenemos acceso a la verdad, el libertinaje ha llegado a tales extremos que ponen en duda, sin temor alguno, a la eficacia de las Escrituras, y se atreven admitir que las versiones bíblicas están equivocadas. La Iglesia Romana siempre se opuso a la Biblia, y enseñó que ésta es inferior a la tradición. Actualmente, no se dice "tradición", pero sí se menciona de la necesidad de manuscritos más antiguos, dando por obsoleta e ineficaz las Escrituras que han sido el apoyo de miles y miles de almas durante tantos siglos. Las evidencias a favor de los textos originales empleados por Reina-Valera, así como otros traductores, que han conducido a innumerables almas al Reino de Dios, son desechadas adrede por se antiguas, y se aferran a la tradición de manuscritos antiguos en copto, saturados de la influencia gnóstica. Afectando doctrinas fundamentales, se han rechazado los fundamentos escriturales.

Las modernas iglesias "evangélicas" equiparan la Versión Popular, clara traducción católica, con la Reina-Valera, y acuden a revisar sus "notas eruditas" para corregir el texto de la Reina-Valera. Las Escrituras han profetizado el final de los tiempos, y parece que los estamos viviendo en estos momentos.

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