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¿Jehová? ¿Yavé? ¿Yehowah? ¿Javé? o mejor solo le decimos Señor?


Cuando estudiaba en el Seminario, nunca me dio una curiosidad mínima por averiguar el origen e importancia del nombre sagrado de Dios en el Antiguo Testamento. Inicialmente en mi ministerio prefería utilizar el término "Señor", supliendo intencionalmente el Nombre Sagrado que tenía la Reina-Valera. Este rechazo era motivado por el uso inadecuado de la secta russellista que se llama a sí misma "testigos de Jehová". Ellos han llevado a que personas sin escrúpulos, grotescas y vulgares usaran frases despectivas y blasfemas del Sagrado Nombre. 

Pero hace unos años para acá, con la creciente ola de fundamentalistas que se inclinan por la King James Version, exaltándola idolátrica y heréticamente sobre los originales, como los partidarios de la Biblia Gomez, me interecé por el uso del Nombre. La King James Versión de 1769 utiliza el nombre solamente cuatro veces en todo el Antiguo Testamento; luego, todas las veces que el Nombre aparece en otras Escrituras, lo suplanta deliberadamente por "LORD" (Señor). Los traductores de la KJV tendrían sus razones para hacer esto, y respetamos su decisión. Muchas traducciones de la época preferían "Señor" a "Jehová". Pero mucho antes de que la King James fuera traducida, otras traducciones empleaban cada vez Jehová para traducir el Nombre. Así, la Reina-Valera, traducida en 1562 y revisada en 1602, más de 100 años de diferencia en antigüedad que la KJV, empleó en todas las veces el término sagrado de "Jehová".

Entonces, una pregunta surgió en mi mente: ¿Por qué no usaron "Yavé"?  Al menos, habrían dos razones: 1) O ignoraban realmente el origen y sonido del Nombre, o 2) o era el Nombre correcto. Los modernos eruditos afirman que lo correcto es Yavé y no Jehová, por lo que empecé un estudio sobre el mismo con el fin de saber que se decía al respecto. De estar equivocados, la Reina-Valera entonces debería, junto con la King James, cambiar el Nombre Jehová por el de Yavé. Esto es lo que descubrí:

El tetragramatón

Lo primero que debemos investigar es el origen exacto del Nombre. Debido a que el hebreo antiguo no utilizaba vocales, sino solamente las consonantes, el Nombre divino se escribía YHWH. Eran solamente 4 letras (el término tetragramatón significa "cuatro letras"). Con el pasar del tiempo, los judíos cayeron en un ritualismo extremo, al punto de no pronunciar el Nombre, sino sustituyéndolo por "Adonay", conduciendo así a olvidar completamente la pronunciación exacta. Sin embargo, al comparar las traducción de nombres compuestos que incluyen el término "YH", podemos tener una idea cercana a su sonido original. Sin embargo, aún hoy en día los especialistas lingüísticos difieren sobre el sonido y significado del Nombre. Según la Wikipedia,

El significado preciso del nombre es aún objeto de disputas entre los especialistas. De acuerdo a una teoría, correspondería a una modificación del texto de Éxodo 3:13-14, en el que Dios Yahveh indica a Moisés que diga al pueblo de Israel que «Yo Soy [אהיה]» lo ha enviado. Otra variante afirma que se trata de una combinación de las formas de pasado (היה), presente (הוה) y futuro (יהיה) de la raíz del verbo ser, para indicar la eternidad de la existencia divina.[cita requeridaDe acuerdo a una tercera versión, se trataría de la forma causativa del mismo verbo, significando ‘el que causa el ser’. Muchos otros nombres en árabe y hebreo responden a esa forma, lo que parece avalar la hipótesis.[cita requeridaDe acuerdo a una cuarta versión, se trataría de la forma acusativa, estado imperfecto, del verbo hebreo hawáh (‘llegar a ser’). Entonces Yahvéh significaría: ‘Él causa que llegue a ser’.A pesar de todo, muchos expertos han llegado a la conclusión de que el nombre de Dios: Jehová, es una derivación del verbo hebreo "Yah" que se podría traducir en la parte donde se revela a Moisés como: "YO RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER", quedando de acuerdo con el propósito de la Biblia, pues, Jehová Dios llegaría a ser lo que fuera para poder cumplir con su voluntad.[cita requerida].

Lo interesente de este párrafo de la Wikipedia, es que da por un hecho que es Yahveh, y no Jehová, aunque al final expresá el término Jehová como el Nombre de Dios. Varias palabras y nombres hebreos que utilizan parte del término YHWH, tienen sonidos diferentes. Por ejemplo, "Aleluya", es una pabra hebrea terminada con "YH", lo que da el sonido de "Yah". De hecho, cuando se utiliza la terminación final "YH", la Biblia en español traduce "Jah", no "Jeh". Sin embargo, la partícula "Yah" encabeza el sagrado Nombre, y se traduce en la RV como "Jeh". Esto se debe, quizá, a que los nombres que empiecen con la partícula "Yah", se traducen, según el sonido, como "Jeh". Veamos algunos ejemplos:

Yehrmaiah =  Jeremías.

Yohushafat = Josafat.

Yehú = Jehú.

Yohsuá = Josué

La idea original de la Iglesia Católica

Aunque parezca increíble, la iglesia Católica, en sus principios, creía que el Nombre sagrado de Dios debería traducirse al español como Jehová, y no como Yavé. Actualmente, siguiendo la línea del liberalismo y la Crítica Textual, ha cambiado al uso de Yavé, cuando al inicio era Jehová. En la Sagrada Biblia, traducida y comentada por el reverendo Félix Torres Amat, leemos la nota que corresponde a Éxodo VI:3 (6:3):

En el hebreo se lee: Mi nombre Jehová. Mas el autor de la versión Vulgata, a ejemplo de los hebreos, por respeto a este nombre, ha sustituido el de Adonai. Y aunque no fue conocido el nombre de Jehová en tiempo de los Patriarcas, Moisés al escribir el Génesis le adoptó como el más propio de Dios.

Y, la misma nota, nos envía a su diccionario al final de la Biblia, para leer lo que sigue sobre el Nombre:

Jehová o Jhová. Nombre inefable e incomunicable, que solamente se atribuye a Dios, revelado por él mismo a Moisés. Llámase Tetragrammatón, o de las cuatro letras, por componerse de cuatro letras hebreas. Significa el SER o el que ES por esencia. Después de la cautividad de Babilonia se introdujo generalmente entre los judíos por un respeto nimio, y tal vez supersticioso, el no pronunciar nunca este nombre, y de eso habrá provenido el ignorace tiempo hace su verdadera pronunciación. Aun ahora se le llama el nombre inefable; debajo de sus cuatro letras escriben  los puntos o vocales del otro nombre de Dios, Adonai. Pero ni entonces pronuncian Jehová, sino que leen siempre Adonai, que quiere decir, Dominus, Señor; por no saberse la antigua pronunciación de ese sagrado nombre de Dios, vemos que se pronuncia también Javó, Jevé, Jová, Jevo, etc. De aquí vino el Jovis de los latinos. El sacrosanto nombre de Jehová es el que conviene a Dios como Dios, por su esencia propia, independiente y eterna. Pero Elokim es nombre que le conviene como a Juez, o supremo gobernador. El es lo mismo que fuerte, poderoso, robusto; así, Elí significa Dios mío, o fuerte mío. Elí, en dialecto caldaico, de que usó San Marcos (c. xv, verso 34), se pronuncia Eloi. No se sabe como lo pronunciaría Jesús poco antes de expirar.  (Notas del diccionario, página 1433).

Como se puede observar, estas notas de Féliz Torres Amat, del año 1959, evidencias que no hace mucho la teología católica utilizaba y respetaba la pronunciación Jehová, sobre las otras sugerencias de sonido. Actualmente, la preferencia por Yavé se ve más como un enunciado pacífico contra el uso tan extenso y propio de los evangélicos, rama que el catolicismo nunca apreció. La rama del protestantismo de la Reforma, inclinándose otra vez hacia Roma, ha ido poco a poco adentrándose en las ideas romanas, y aceptando cada vez más participar en cooperación con los teólogos y eruditos católicos, y prefiriendo el uso de Señor (como en la Reina-Valera Contemporánea) o Yavé (como en la Biblia Latinoamericana), sobre el uso del nombre de Jehová.

El Sonido más cercano

Debido a nuestro origen lingüístico fuertemente latino, la pronunciación es la de Yehowah, de donde se formó, muchos siglos atrás, el sagrado nombre de Jehová, que se respetó muchos siglos en el cristianismo. Este nombre es, a su vez, una combinación de tiempos del verbo ser, que da origen al lema "el que era, es y será", un lema aplicado directamente a Jesucristo en Apocalipsis 1.

Al menos, se pueden deducir varias razones para que actualmente el Nombre se pronuncie Yavé y no Jehová:

  • La fuerte superstición judía contra la pronunciación del sagrado nombre. Incluso en la Biblia de las América, la justificación de no usar el Nombre de Jehová es seguir la línea judía de superstición, es decir, un deseo de judaizar.
  • La fuerte oposición al avance del Evangelio por parte del catolicismo, que prefiere negar el Nombre antes de apoyar cualquier avance evangélico, y esto equivale a un distintivo de los cristianos, que es el uso del Sagrado Nombre.
  • La constante inclinación a un ecumenismo masivo, que requiere y exige una unanimidad de pensamiento y propósito, con los cuales la iglesia verdadera no está de acuerdo.

Por los diferentes uso en masculino, más que en femenino, equivale más el sonido Jehová que Yavé, y es más propio, más formal y más respetado.

Sin embargo, no es mera suposición de contradicción de convicciones, sino una clara evidencia que ya muchos han discutido. Observe la siguiente nota de la wikipedia:

Según la Enciclopedia Católica, esta vocalización se generó al incluir en el tetragrámaton las vocales de la forma samaritana de pronunciar el nombre, según la obra de Theodoret.

El lector juicioso percibirá que la pronunciación samaritana Jabe probablemente es la que más se acerca al sonido verdadero del Nombre Divino; los otros escritos primitivos transmiten únicamente abreviaturas o corrupciones del nombre sagrado. Insertando las vocales de Jabe en el texto consonántico hebreo original, obtenemos la forma Yahvéh (Yahweh), que ha sido generalmente aceptada por los modernos eruditos como la verdadera pronunciación del Nombre Divino. No meramente está estrechamente conectada con la pronunciación de la antigua sinagoga por medio de la tradición samaritana, sino que permite la legítima derivación de todas las abreviaturas del nombre sagrado en el Antiguo Testamento

Enciclopedia Católica

Sin embargo,si bien muchos eruditos están de acuerdo con ello, esto último no tiene consenso universal,el profesor francés Gertoux argumenta lo siguiente:

[Debo hacer] una observación al libro de Theodoret (Quaestiones in Éxodum, cap. XV), que es citado muy a menudo como soporte a la pronunciación yahweh, debido a la siguiente sentencia: «El nombre de Dios es pronunciado Iabe». Esta observacion es verdadera, pero Theodoret especifica que está hablando de los samaritanos, y agrega que los judíos pronunciaban este nombre aïa. En otro libro (Quaestiones in I Paral., cap. IX) escribe que «la palabra netinéo significa en hebreo ‘regalo de Iaô’, quien es Dios». De acuerdo a Theodoret había tres diferentes formas, pero lo que Theoderet probablemente ignoraba es que en esa época había muchos sustitutos del nombre. Al revisar el período anterior a la destrucción del templo, el Talmud (Sotah 7,6 Tamid 33b) deja claro que en la liturgia se utilizaban sustitutos del nombre. Estos sustitutos eran numerosos, como muestra la literatura de aquel tiempo (2 M 1:24-25; 15:3; Si23:4; 50:14-19). El griego Iaô (el cual viene del antiguo hebreo Yahu) y el samaritano Iabe (que viene del arameo Yaw) no son la pronunciacion del único nombre YHWH. El nombre Aïa probablemente representa la transcripción de la forma ’Ehyeh. Aun si el nombre Yahweh es ampliamente usado, sus bases son muy inciertas. Por eso la mayoría de los eruditos prefieren la forma YHWH. En la actualidad hay dos tipos de teorías: 1) unos eruditos piensan que la forma YHWH es equivalente a su etimología ‘Él es’ y obtienen la forma Yahve, Yahwoh, etc.; 2) otros tratan de leer sólo la filología en el nombre. Por ejemplo, el erudito francés Antoine Favre d'Olivet usó Ihôah en su traducción de la Biblia (1823), el traductor judío Samuel Cahen usó Iehovah en toda su Biblia (1836), el doctor judío J. H. Levy prefirió el nombre Y'howah (1903), y así por el estílo.

Gérard Gertoux[2]

Es interesante mencionar también que el pentateuco samaritano, utilizado en la adoraciónde ese pueblo tiene varios cambios respecto al texto hebreo oficial, los cuales fueron insertados a fin de justificar su religión particular. Es por demás extraño entonces que los eruditos acepten la forma samaritana del nombre como la pronunciación hebrea original.

No es mera suposición, sino una clara observación de que la lucha sobre el Nombre se debe a puntos religiosos, específicamente entre el protestantismo y el catolicismo, como se señala en esta otra nota de la Wikipedia:

El termino Jehová se discute principalmente por tres motivos, su origen, si corresponde a la pronunciación original, y si es correcto su uso en idiomas como el español.

Para muchos el termino Jehová se considera una traducción, e incluso otros grupos han postulado que no tendría relación con el nombre en hebreo. En cambio otros lo han calificado como la forma más común y frecuente de traducción a idioma español que usamos al traducir otros nombres del hebreo a idiomas como el español, en el que se realiza el cambio de Y a J; y otros grupos incluso indican que sería la pronunciación original.

El termino dentro de las iglesias cristianas se caracteriza por ser defendido principalmente por las iglesias protestantes, mientras que entre quienes lo rechazan o critican se encuentra la iglesia católica y personas afines a ella.

Y la enciclopedia Católica añade:

En cuanto a la temprana tradición, Josefo (Antiq., II, xii, 4) declara que no le está permitido tratar del Nombre Divino; en otro lugar (Antiq., XII, v, 5) dice que los samaritanos erigieron en el Monte Garizim un anonymon ieron. Esta veneración extrema por el Nombre Divino debe haber sido prevaleciente al tiempo en que se hizo la versión Septuaginta, porque los traductores siempre sustituyen Jehováh por Kyrios (Señor). Ecclus., xxiii, 10, parece prohibir únicamente el uso irreverente del Nombre Divino, aunque no puede negarse que Jehováh no es empleado tan frecuentemente en los libros canónicos más recientes del Antiguo Testamento como en los libros más viejos. Sería difícil determinar en qué momento esta reverencia por el Nombre Divino se originó entre los hebreos.

Los escritores rabínicos derivan la prohibición de pronunciar el Tetragrammaton, como es llamado el nombre de Jehováh, de Lev., xxiv, 16: "Y el que blasfeme el nombre del Señor, agonizando déjesele morir". El participio hebreo noqedh, aquí interpretado como "blasfemar", es traducido como honomazon en la Septuaginta y parece tener el significado de "determinar", "denotar" (a través de sus vocales propias) en Gen., xxx, 28; Núm., i, 17; Is., lxii, 2. Aun, el contexto de Lev., xxiv, 16 (cf. versos 11 y 15), favorece el significado de "blasfemar".

Los exégetas rabínicos derivan también la prohibición de Ex., iii, 15; pero este argumento no puede soportar la prueba de las leyes de la sensata hermenéutica (cf. Drusius, "Tetragammaton", 8-10, en "Critici Sacri", Amsterdam, 1698, I, p. ii, col. 339-42; "De nomine divino", ibid., 512-16; Drach, "Harmonic entre l'Eglise et la Synagogue", I, Paris, 1844, pp. 350-53 y Note 30, pp. 512-16). Lo que ha sido dicho explica la llamada qeri perpetuum, de acuerdo a la cual las consonantes de Jehováh son siempre acompañadas en el texto hebreo por las vocales de Adonai excepto en los casos en los cuales Adonai está además de Jehováh; en estos casos son sustituidas con las vocales de Elohim. El uso de una simple shewa en la primera sílaba de Jehováh, en lugar de la shewa compuesta en la correspondiente sílaba de Adonai o Elohim, es requerida por las reglas de la gramática hebrea que gobiernan la utilización de la shewa. De allí la pregunta: ¿Cuáles son las verdaderas vocales de la palabra Jehováh?

Algunos eruditos han sostenido recientemente que la palabra Jehováh data sólo del año 1520 (cf. Hastings, "Dictionary of the Bible2, II, 1899, p.199; Gesenius-Buhl, "Handwörterbuch", 13th ed., 1899, p.311). Drusisus (loc.cit., 344) pone a Peter Galatinus como el inventor de la palabra Jehováh, y a Fagius como propagador en el mundo de los eruditos y comentadores. Pero los escritores del siglo dieciséis, católicos y protestantes (e.g. Cajetan y Théodore de Bèze), están perfectamente familiarizados con la palabra. Galatinus mismo ("Areana cathol. veritatis", I, Bari, 1516, a, p.77) pone la forma como conocida y recibida en su tiempo. Además, Drusius (loc.cit., 351) la descubrió en Porchetus, un teólogo del siglo catorce. Finalmente la palabra es encontrada incluso en la "Pugio fidei" de Raymund Martin, una obra escrita cerca de 1270 (ed. Paris, 1651, pt. III, dist. ii, cap. iii, p.448, y Note, p.745). Probablemente la introducción del nombre de Jehováh predata incluso a R. Martin. No sorprende entonces que esta forma haya sido considerada como la verdadera pronunciación del Nombre Divino por eruditos como Michaelis ("Supplementa ad lexica hebraica", I, 1792, p.524), Drach (loc.cit., I, 469-98), Sier (Lehrgebäude der hebr. Sprache, 327) y otros.

Jehováh está compuesto de las formas abreviadas del imperfecto, el participio y el perfecto del verbo hebreo "ser" (ye=yehi; ho=howeh; wa=hawah). De acuerdo a esta explicación, el significado de Jehováh sería "el que será, es y ha sido". Pero tal formación de palabras no tiene analogía en el idioma hebreo. · La forma abreviada de Jeho supone la forma completa Jehováh. Pero la forma Jehováh no puede explicar las abreviaturas Jahu y Ja, en tanto que la abreviatura Jeho pudiera ser derivada de otra palabra. · Se dice que el Nombre Divino está parafraseado en Apoc., i, 4, y iv, 8, por la expresión ho on kai ho en kai ho erchomenos, "el que será"; pero realmente significa "el que viene", así que después de la venida del Señor, Apoc., xi, 17, retiene solamente ho on kai ho en. · La comparación de Jehováh con el latín Jupiter, Jovis. Pero esto ignora por completo las formas más completas de los nombres latinos Diespiter, Diovis. Cualquier conexión de Jehováh con el nombre divino egipcio consistente en las siete vocales griegas ha sido rechazado por Hengstenberg (Beitrage sur Einleiung ins Alte Testament, II, 204 ss.) y Tholuck (Vermischte Schriften, I, 349 ss.).

http://ec.aciprensa.com/j/jehovah.htm

El Uso en la Reina-Valera

A diferencia de los King James, parece que Reina y Valera tomaron muy en serio el pasaje de Éxodo 3:14-15: "Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros. Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos." Se evidencia claramente el deseo de Dios que Su Nombre fuera conocido. La Biblia más conocida y apreciada por los evangélicos salvados del habla castellana, utiliza el sagrado nombre en cada versículo donde aparece el tetragrammatón. Es nuestro deber preservar lo que Dios ha revelado en Su palabra. Y el uso de Jehová es distintivo de nuestra fe evangélica.

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